miércoles, 17 de junio de 2015

23 de marzo de 2014. Segunda punción.

El 23 de marzo llegamos a la clínica mucho más tranquilos que la primera vez, ya sabíamos lo que nos esperaba, así que, sólo nos quedaba sentarnos en la sala de espera y que llegara el momento de entrar en quirófano. El protocolo era el mismo, aunque esta vez íbamos con más positivismo, porque no me habían cancelado la transferencia por síndrome de hiperestimulación, por lo que, si todo iba bien, tendría mis embrioncitos conmigo en dos o tres días. 
Llegó la hora, papiguerrero me acompañó como la primera vez hasta la recepción del quirófano, donde nos despedimos. Yo me tenía que preparar para entrar al quirófano y él tenía que ir a dejar su muestra. En un ratito, una hora más o menos, volveríamos a vernos. 

Cuando entré en quirófano, recuerdo que la doctora que me iba a realizar la extracción era una de las que me habían atendido en consulta, asi que parece que da más confianza. Me sedan y a dormir un ratito. Como siempre, despierto diciendo alguna chorrada que no viene a cuento, por efecto de la anestesia, y me llevan a la habitación, donde me ayudan a sentarme en el silloncito, para que termine de despertarme. 
Pregunto qué tal ha ido, pero no me dicen nada. Aún tienen que valorar el número de ovocitos maduros. En breve me informarán. Mientras, yo sola, en el silloncito, medio adormilada, tomándome un zumo de piña que me había traído la enfermera, deseando reencontrarme con papiguerrero. Me hubiera gustado que estuviera esperando en aquella habitación, cuando yo llegase del quirófano, pero no era posible. El protocolo de la clínica no lo permitía. 

Antes de irme, la enfermera me entrega un informe en el que me indican las pautas a seguir hasta el día de la transferencia, y me dice, de palabra, que se han obtenido 10 ovocitos maduros. Ahora hay que esperar al día siguiente para saber cuantos de estos ovocitos han logrado ser fecundados. 

Empieza la agonía, uno de los peores momentos de cada ciclo, la espera hasta saber el número de embriones que son viables. 

Así que, con esta información, salgo para reencontrarme con papiguerrero, que ansioso me está esperando en recepción, deseando saber que todo está bien y conocer el número de ovocitos extraídos. 

Después de la punción, nos vamos a desayunar, como marca la tradición, y luego, a casa a descansar. Nos quedan unos días de angustia y muy duros psicológicamente hablando. 

Al día siguiente, me llama uno de los embriólogos y me informa que se han inseminado 7 de los 10 ovocitos maduros que se extrajeron, mediante IMSI y que de los 7, solo se han conseguido 3 embriones. Sólo nos queda esperar la evolución de estos embriones. No me dicen la calidad, pero viendo el informe que nos entregarían posteriormente, veo que iban muy despacito. Nos llevamos una desilusión. Algo pasaba. Se obtenía un buen número de ovocitos y luego sobrevivían pocos embriones. Nos empezamos a preocupar, pero intentamos ser positivos y pensar que con dos, nos vale. 

Me programan la transferencia para el día siguiente. A mí me pareció muy pronto, pero volvimos a confiar en los profesionales, ellos son los que saben. Así que acudimos a los dos días de la punción, al mismo lugar, para que realizaran la transferencia de dos de nuestros tres embriones. 

El día de la transferencia os lo contaré en la siguiente entrada.... 

Mientras tanto, gracias por seguir ahí. 

4 comentarios:

  1. Vaya hombre, si que fueron poquitos si. Mal asunto. Ando deseando que sigas contando como fue. Besos!

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  2. Si, la verdad es que nos desilusionamos un poco, pero siempre pensábamos que con dos era suficiente, si eran los buenos, no necesitaríamos más. Gracias por continuar pendiente de la historia.

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  3. No podemos perder la esperanza que ya sabemos que sólo con UNO se puede conseguir. No la pierdas por favor que yo sólo tengo un foli y necesito tirar hacia adelante.
    Te deseo todo lo mejor de corazón

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  4. Si, doy fe con solo hace falta uno para conseguir el sueño que buscamos. No desesperes.
    Besos.

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