domingo, 8 de marzo de 2015

Resultado de las primeras pruebas. Primera piedra en el camino.

En verano de 2013, como comenté en la entrada anterior, nos hicimos las primeras pruebas. 

Yo me repetí la analítica hormonal y ya me habían hecho en la primera consulta una ecografía con la que la doctora constató lo que yo le dije sobre mis ovarios poliquísticos. 

Mientras pasaban los meses, me seguía provocando las reglas con progesterona, así que comencé a tener los síntomas de una recién embarazada (náuseas, hinchazón, dolor en los pechos, que iban aumentando de tamaño e incluso algo de acné, cosa que casi ni en la adolescencia tuve). 

Hasta aquí, todo iba según lo previsto en nuestras mentes cuadriculadas de ingenieros, pero llegó el día de recoger los resultados de las pruebas de papiguerrero. La analítica normal, como deportista que es, pero el seminograma nos dijo algo que no esperábamos. 

No esperamos a recogerlo el día de la cita con la doctora, sino que fuimos en cuanto tuvieron los resultados. Queríamos que el verano transcurriese con normalidad para empezar en septiembre esta aventura que acabaría pronto con final feliz. (O eso pensábamos). En un año como mucho estaremos paseando a nuestro bebé por los parques del barrio. 

Recogemos el sobre y sin esperar a llegar a casa, camino del coche nos ponemos a leer los resultados. No entendíamos nada, pero había palabrejas muy feas que no decían nada bueno y sobre todo los números, que nos mostraban unas cantidades muy inferiores a los valores de referencia que indicaba el informe. En definitiva, a papiguerrero le diagnosticaban astenozoospermia, oligozoospermia, teratozoospermia y necrozoospermia. Todo en el mismo informe. ¿Hay algo más que se pueda diagnosticar con una simple prueba? No nos faltaba de nada. 

La verdad es que el desconocimiento hizo que yo me lo tomara bastante bien. Pensé, pues si hay que ir a FIV, más directo, antes conseguiremos el embarazo. Cuánta ignorancia por nuestra parte en el tema. 

Por su parte, a papiguerrero le costó unas horas asumirlo porque no entendía porqué a una persona que cuida mucho su alimentación, hace deporte, no tiene sobrepeso y no fuma ni bebe (excepto en contadas ocasiones), le pueden decir tantas palabras feas en un solo informe. Pero después del disgusto de aquella tarde, volvimos a cargar las pilas y nos volvimos a ilusionar, porque nuestro bebé estaba más cerca, ya habíamos avanzado unos metros más. 

Y así esperamos a que llegara la cita de septiembre, pasando el que creímos que sería nuestro último verano sin pañales en mucho tiempo. 



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