martes, 28 de julio de 2015

Verano 2014. Segunda cita con la inmunóloga.

En verano de 2014 nos hicimos las pruebas que nos mandaron tanto la inmunóloga como el andrólogo y acudimos de nuevo a ver a esa doctora que para nosotros, sin saber los resultados, era nuestra salvación. 

Llegamos a la consulta con todas las pruebas realizadas. Como siempre, unos minutos mirando todo el papeleo, sin mencionar palabra y nosotros mirando sus gestos a ver si así adivinábamos el diagnóstico. 

Comienza a hablar. Bien, parece que tengo resistencia a insulina, por tanto, me receta metformina, una dosis muy bajita, pero cree que será suficiente. Me encontraré mucho mejor, sin dolores de cabeza, con menos hambre y sin cansancio. Además, mejorará la calidad de mis ovocitos y mi endometrio, fundamental en nuestro objetivo principal, conseguir el embarazo en el próximo tratamiento. Además, me da una dieta para mejorar la resistencia a la insulina, aunque era muy parecida a la que yo ya seguía, por el hipotiroidismo. Sobre todo, comer comida sana y cinco veces al día. 

Parece ser que también mi cuerpo genera unos anticuerpos debido al hipotiroidismo que es muy probable que rechace los embriones, por reconocerlos como cuerpos extraños. Esto se soluciona con corticoides en un momento clave del ciclo, no recuerdo si durante la estimulación o durante la betaespera. 

Respecto a la coagulación, al parecer, por herencia, tengo la sangre un poco espesa, por explicarlo para que nos entendamos todos. Por tanto, para evitar que se formen pequeños trombos o coágulos que puedan expulsar los embriones, me receta Adiro, que viene a ser una aspirina infantil. 

En este momento, le comento mi episodio del posible trombo en la pierna izquierda durante la estimulación anterior, aunque nunca se llegó a confirmar y me recomienda también pincharme heparina, para evitar que vuelva a pasar. De momento, una dosis profiláctica. 

Por último, seguiría con el ovusitol, ya que empiezan a notarse los resultados a los seis meses más o menos. 

En cuanto a las pruebas de compatibilidad entre papiguerrero y yo, está todo correcto, por tanto, nos olvidamos de ese tema. 

Como la primera vez, salimos muy contentos de la consulta, y eso que aún no sabíamos la repercusión que iba a tener todo esto en mi cuerpo. 

Recuerdo que nos fuimos de vacaciones, y ya estaba tomando todo lo que me había mandado la inmunóloga. Y estábamos alucinábamos con la vitalidad que tenía. Ya no me cansaba a cada paso que daba. Descubrimos que no era de no hacer todo el ejercicio que debiera, sino que mi cuerpo no asimilaba el azúcar y las calorías que yo le daba. La metformina estaba ayudando a mejorar ésto. 

Hacía tiempo que mi endocrino me había hablado de ello, incluso me hizo una analítica para comprobar mis niveles de glucosa, pero no me hizo la prueba completa, y los resultados estaban enmascarados. Ahora, habíamos descubierto el motivo de muchos de mis malestares diarios. 

En cuanto a los resultados del FISH de papiguerrero, salió correcto. Se lo enviamos al andrólogo por mail, tal y como nos indicó y nos repitió que aunque el problema era irreversible, los que había, estaban bien, y por tanto, había que cuidarlos.

Nos quitamos un gran peso de encima. A pesar de todo lo que nos habían dicho en la otra clínica, empezábamos a ver la luz al final del túnel. Estábamos tratando otros problemas que hasta ahora ni nos habían mencionado, y lo que nos habían contado, parecía que estaba todo bien. 

Y con los resultados en nuestra nueva carpeta, de color verde esperanza, esperamos a que nos llegara la cita con la ginecóloga de la clínica, a primeros de septiembre, fecha en la que también nos tocaba acudir a la cita en la consulta de Reproducción Asistida de la Seguridad Social, pero ésto os lo cuento en la siguiente entrada. 




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