miércoles, 8 de abril de 2015

Comienza la carrera. Octubre 2013

Tras acordar junto con nuestra doctora cuál sería el tratamiento más adecuado a nuestro problema (ICSI), nos dio las pautas y una lista de medicamentos que en un principio nos sonaron a chino, pero que meses más tarde hablábamos de ellos como quien habla del gelocatil. 

Nos enseñaron en atención al paciente a ponernos las inyecciones y tras salir de la clínica, fuimos con la lista que nos habían dado a encargar todo a la farmacia. Primer error. En aquella lista venían todas las inyecciones que, se supone, íbamos a necesitar hasta la punción o extracción de ovocitos, siempre que todo fuera según los parámetros normales, sin síndrome de hiperestimulación ovárica. Compramos todo, (puregón y ovitrelle) y no recuerdo si algo más, creo que Cetrotide también.

En este momento, pasamos a la lista de clientes VIP de la farmacia del barrio, que desde aquel día, cada vez que entramos, se les ilumina la cara. 

Al día siguiente, ya teníamos todo preparado para comenzar con las inyecciones, según las indicaciones de la doctora y las enfermeras. Empezamos con ilusión, todo iba a ir bien. Día tras día, o mejor dicho, noche tras noche, papiguerrero se ponía su bata imaginaria de enfermero y me ayudaba poniéndome él las inyecciones intramusculares, ya que yo no me atrevía a hacerlo sola. 

Estábamos preparados para los efectos secundarios que pudieran llegar o eso pensábamos. En realidad, para mí, el peor momento de todos los ciclos que hemos hecho (sigo hablando en plural, porque aunque las consecuencias físicas las sufría yo, creo que papiguerrero sufría conmigo, por eso para mí, los ciclos los hemos hecho los dos), no eran las betaesperas, como muchas podéis pensar, sino los últimos días de la estimulación ovárica, más adelante me entenderéis. 

Así, cada dos días acudía a revisión a la clínica, donde me controlaban el crecimiento de los folículos. Siempre había muchos, y cuando digo muchos digo unos 20 en cada ovario. Esto me provocaba alguna que otra molestia, pero yo debo de tener el umbral del dolor bastante alto, porque hacía vida normal hasta el último día. Eso sí, me prohibieron ir al gimnasio, debido a que por el tamaño de mis ovarios corría el riesgo de que se produjera una torsión en uno de ellos y eso había que evitarlo, por tanto, paseos, nada más. 

Como vieron en la clínica que la cantidad de folículos se disparaba, me hacían análisis para controlar el estradiol y así verificar si había o no síndrome de hiperestimulación. Así que, cuando en la que pensábamos que sería la última revisión antes de la punción, nuestra primera punción, nos dice la doctora que hay que cancelar la transferencia, por riesgo de hiperestimulación y líquido en ovarios y útero, nos llevamos una desilusión. Me harían la punción a los dos días, pero los embriones que se obtuvieran debían ser vitrificados para transferir una vez me recuperase. 

Otra decepción...ya pensábamos que lo teníamos medio hecho y nos encontrábamos otra piedra en el camino. Yo había leído en foros que los vitrificados perdían calidad y eso nos asustaba. Pero era lo mejor para todos. Así que, el ovitrelle que teníamos esperando en la nevera de casa, junto al limón pocho y el tomate ketchup, allí seguiría, porque la inyección en caso de hiperestimulación es distinta. 

Tras salir de la consulta, tuvimos que ir a una farmacia porque esa misma noche tenía que ponerme una inyección que no teníamos en casa, Decapeptyl. Nos dieron en la misma clínica una lista de farmacias donde encontrar aquellas inyecciones y casualmente, una de ellas estaba junto a la clínica. 

Nos fuimos a casa un poco chafados, pero seguiríamos adelante. Aquella noche papiguerrero me puso la nueva inyección y solo quedaba esperar a que llegara el día de la punción. 

2 comentarios:

  1. Jolin, que pena. Imagino vuestra decepcion pero esta claro que era lo mejor. A mi me da mucho miedo la hiperestimulacion. No hay forma de evitarlo? Cuando vaya a consulta quiero preguntarle al gine sobre los riesgos que existen en mi caso.
    Os debisteis sentir confusos y un poco...no se....chafados aunque bueno, se que el final feliz llegara.

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  2. Hola! Pues más bien confusos, sobre todo porque aunque yo lo había leído en foros, en ningún momento nos dijeron hasta ese día que debía hacer. A partir de ahí, en los siguientes ciclos, me tomaba unos 2 litros de aquarius al día, aunque unas veces funcionó y otras no...
    Pregunta a tu médico, de todas formas, a ver que te dice.

    Ah! Y gracias por seguir ahí!!!

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